Este é o traballo que fixemos para a conmemoración do día 23 de abril "Día do libro".
Os nenos de 2º pintamos as escenas correspondentes aos capítulos do "Cabaleiro da Branca Lúa" e do "Cabalo Clavileño".
BLANCA LUNA
Un día mientras Don Quijote paseaba, armado, por la playa se encontró a un hombre que sé hacia llamar el Caballero de la Blanca Luna. Este le dijo que había ido a buscar a Don Quijote para hacerle confesar que su dama era más bella que Don Quijote. Don Quijote al no admitir esto decidió batirse en duelo con Don Quijote. El trato era que si Don Quijote perdía debería de admitir que su dama no era la más hermosa y debería de permanecer un año de vida sosegada en su pueblo sin utilizar las armas. Si Don Quijote vencía seria él quien decidiera acerca de la vida del otro caballero y se quedaría con sus armas, fama y caballo.
Una vez en la batalla Don Quijote salió derrotado y humillado frente al Caballero de la Blanca Luna. Don Quijote se vio obligado a cumplir su palabra y dijo que se retiraría un año de la caballería pero reafirmo que su dama era la más bella del mundo. Después de la batalla el Caballero de la Blanca Luna se marchó y a Don Quijote le llevaron a la ciudad en una silla de mano.
EL CABALLO CLAVILEÑO
Los
Duques han recibido a Don Quijote y a Sancho en su palacio dispuestos a
divertirse a costa de la credulidad de ambos. Caballero y escudero, en su
simplicidad, no pueden imaginarse que señores tan principales les estén
embromando.
Cae
la tarde. En un ameno jardín del palacio los Duques conversan con Don Quijote,
Sancho y la dueña Doña Rodríguez; criados y doncellas les sirven frutas y
refrescos.
Gradualmente
se empieza a oir el sonido de un lejano y triste pífano al que acompaña un
tambor destemplado. El lento y acompasado son llega a primer plano. La
concurrencia se alborota. Don Quijote muestra su asombro, Sancho se asusta y
busca cobijo tras su señor. Entran dos tipos enlutados que aporrean sendos
tambores y el tañedor del pífano. Tras ellos marcha un heraldo que anuncia ser
Trifaldín, lacayo de la Condesa Trifaldi.
Salen
todos a recibir a la Trifaldi mientras Sancho y la ridícula Doña Rodríguez,
que no está enterada de la broma, se pelean.
Vuelven
a sonar los pífanos y los tambores; entra un procesión de doce dueñas que
escoltan a la Trifaldi a quien da la mano su escudero Trifaldín, que es el
mayordomo de los Duques.
La
Trifaldi cuenta la extravagante historia de la princesa Antonomasia, hija de la
reina Maguncia, engañada por Don Clavijo, que es un trepa de cuidado. La reina
Maguncia se muere del disgusto y el gigante Malambruno condena a la Trifaldi y a
todas las dueñas a que les salga barba por ser culpables de la tragedia que
causa la muerte a la reina.
Para
desfacer el encantamiento de las barbas es preciso que Don Quijote libre combate
con Malambruno allá en su lejano feudo; para ello ha de volar a lomos de un mágico
caballo de madera llamado Clavileño.
Don
Quijote se muestra dispuesto al instante a acudir en remedio de la Trifaldi y
sus dueñas; Sancho no quiere ir y el Duque ha de recurrir al cohecho indicándole
que si no cabalga en Clavileño no hay gobierno de ínsula que valga. Sancho
accede a regañadientes.
Unos
hombres llegan portando a Clavileño al jardín de los Duques en medio de otra
extravagante procesión de salvajes que retan al "valeroso caballero"
a que cabalgue. Para que no sufran del mareo de las alturas, caballero y
escudero han de taparse los ojos. Sancho se muere de miedo y Don Quijote aguanta
el tipo.
Los
sirvientes de los Duques aparejan toda suerte de petardos, ruidos, fogatas y
chamusquinas y soplan con grandes fuelles y abanicos para dar la sensación de
que los jinetes van por los aires.
Don
Quijote y Sancho hacen discursos sobre los cielos y las estrellas, por donde
creen estar atravesando, entre las carcajadas de todos los asistentes a la
broma. Un estallido final da en el suelo con caballero y escudero que aparecen
de nuevo en el jardín de donde partieron.
Para
rematar el feliz término de la aventura, Don Quijote encuentra un pergamino
pendiente de su lanza en el que el gigante Malambruno se da por satisfecho al
comprobar el valor de Don Quijote por el solo hecho de haber emprendido el
viaje.
La Trifaldi, las dueñas y toda la concurrencia gritan “milagro” porque ya se
han caído las barbas de todas las señoras.Gran fanfarria final en la que los
Duques, Don Quijote y Sancho abandonan el jardín donde ha transcurrido toda la
farsa y entran en el palacio para pasar la noche.